¡Atención! Este blog puede herir o estimular tu sensibilidad.

29.1.12

Cada día...

Francisco Naranjo
Ilustración: Alejandro Santos
Todavía no se ha cerrado la puerta y ya su mano exploradora busca. La conversación continúa alrededor. Ella sonríe: desde que viste faldas con mucho vuelo es todo más fácil. Hay más gente que otros días en el ascensor. Siente la mano que sube por sus muslos y se aventura en su cara interna. Vuelve a sonreír cuando percibe la sorpresa de él, su breve titubeo al descubrir que no lleva bragas. Pero no hay tiempo, la mano avanza y dos dedos entran con decisión, se demoran, juegan. Ella separa un poco las piernas, se deja llevar. Cuando el ascensor aminora él se acerca más, casi siente su aliento detrás, en la curva del cuello. Se abre la puerta, los compañeros van saliendo. Sus ojos se encuentran un momento, él se lleva entonces los dedos empapados a la boca y ella nota en las mejillas el calor del rubor, y otro calor más urgente le arde en el vientre.
Se separan. Mañana, con suerte, el ascensor irá más lleno... o quizá vacío.

Relato publicado en PERVERSIONES

No hay comentarios:

Publicar un comentario