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29.6.12

Lo estoy haciendo contigo



María José Codes 
Ilustración: Carla Fernández
Ponía la lavadora con parsimonia ritual, inclinando su cuerpo sobre la máquina, de espaldas a la puerta, donde sabía que Jorge estaría disfrutando de la brevedad de sus bragas. Que su cuñado de veinte años anduviese observándola a escondidas había sido molesto al principio. Luego comenzó a sentir cierto placer en ser espiada. Su actos, antes rutinarios, se convirtieron en representaciones únicas para un solo espectador y acabó por dejar siempre las puertas abiertas para facilitarle la vigilancia.
Una noche que hacía el amor con su marido, Jorge apareció desnudo en el umbral de la puerta. Ella guardó silencio. Mientras Luis la penetraba, Jorge permanecía mudo en su puesto de observación. Entonces ella dijo: “lo estoy haciendo contigo”. Jorge lo entendió al punto y comenzó a masturbarse con fogosidad. “Claro que lo estás haciendo conmigo, amor”, respondió Luis acelerando el ritmo de su penetración. “Lo estoy haciendo contigo”, repitió excitada ante la reacción de su marido, sosteniendo la mirada de Jorge. “Sigue, sigue, me encanta que me hables así, querida”, resolló Luis al tiempo que la embestía cada vez con más vigor. Enseguida sobrevino el final para los tres. Luis soltó un largo aullido. Ella gimió al ver a Jorge verterse sobre la alfombra antes de desaparecer en la penumbra. La pareja quedó tendida y exhausta sobre las sábanas. “La próxima vez dejaremos que entre, cariño”, le susurró Luis al oído. 

Relato publicado en PervertiDos

2 comentarios:

  1. Excitante! Mirar sin saber si se es visto, actuar como si no supiéramos que nos están viendo... mezcla brutal de deseos y miradas. A ver si a la próxima se lo pasan tan bien!

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  2. ¡Muy bueno!
    Tres, a veces, no son multitud, sobre todo si uno mira.
    http://programademanolibre.blogspot.com.es/2011/07/tirolesas.html

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