Hablaba sobre los cambios que quería hacer en la habitación. Se había quedado antigua, decía. Hablaba y hablaba; eran, por dios, las ocho de la mañana de un domingo.
Él, por supuesto, apenas la escuchaba, tenía una erección como un chaval de quince años. -Quiero un ventilador de techo- dijo a bote pronto mientras se sobaba con fuerza el miembro.
Estupefacta, ella le preguntó la razón. -Me resulta peliculero, no sé, me excita tremendamente follarte con un ventilador dando vueltas, como en El corazón del Ángel, con Lisa Bonet sudorosa- esgrimió.
Se echó a un lado la parte delantera de sus braguitas, y se sentó encima, amazona experta, botaba arriba y abajo mientras emitía grititos agudos y risas contenidas.
Veía sus tetas moverse y vio como de tanto saltar, el ventilador cercenaba la cabeza de su mujer. Se corrió, en una eyaculación intensa y sorpresiva.
-Cariño, ¿sigues queriendo un ventilador o no hace falta?
Él asintió con un silencio. Así zanjaba su esposa las divergencias. Así el matrimonio seguía a flote.
Buenos botes daría... pobre se creía q un polvo le quitaría de la cabeza la idea del ventilador jajjajaja,
ResponderEliminarHola, tengo un blog con videos de azotes y me gustaría intercambiar enlaces con tu blog. Dejame saber que te parece.
ResponderEliminarSaludos y gracias!
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