Mientras él pronunciaba la palabra acorde, mis labios se mojaban y la piel se me ponía de gallina al imaginar el roce de su lengua rebotando en su paladar en el a‘cor’de y después recordar que esa pequeña parte de la palabra significaba corazón.
Bum bum…bum bum y la ‘m’ me excitaba aún más con su intenso retumbar. Estábamos en un concierto y mientras esté había transcurrido yo me comporté con absoluta serenidad. Las cosas cambiaron cuando comenzamos a charlar, mi vista no podía retirarse de su boca y mi cabeza no paraba de imaginar cada movimiento que esta hacía, labios para dentro y labios para afuera. Fantaseaba transportando el meneo de la fonética de sus palabras.
-¿Quieres que cenemos algo?-me dijó.
Mi clítoris se erizó en el quier‘es’ imaginándose presionado entre sus dientes, los pezones se me pusieron duros con ce’nemos’ y su lengua empujándomelos, succionándomelos con sus labios como un chupón.
-¿Te ha gustado el concierto?- pregunté.
Mis calzoncillos estaban empapados y no paraba de morderme los labios.
En ese momento me tomó el cuello y sin pronunciar palabra me besó, automáticamente mis manos se metieron dentro de su pantalón como el agua cuando se derrama en la tela. Nos metimos al coche, besándonos como locos descontrolados.
-¿Tienes condones?- Preguntó.
Y su pene se endureció disfrutando la presión de mi lengua en con’do’nes cuando al unísono yo pronunciaba la palabra mientras se la chupaba.
Un texto realmente contundente
ResponderEliminarUn texto horrible.
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