Estuve desnuda, tumbada en tu cama, que no era tuya,
y mucho menos mía. Eso nunca.
Nos desaprovechamos entre besos que no nos llevaron,
ni nos llevarán, a ninguna parte.
Mordí la argolla que me unía a ti, la mordí hasta sangrarte,
pero la única que lloró sangre, aquí, fui yo.
La única que perdió y a la que perdiste.
Porque todas las lluvias no son como aquella, no saben igual.
Porque ahora, todas, escuecen en los ojos.
Nos comíamos a besos, literalmente. Nos comíamos hasta
quedarnos sin dientes. Nos abrazábamos durante horas, como
gilipollas, y nos abrasábamos con el ácido de nuestra vergüenza
como cerdos, en oro, légamo.
Hoy estuve desnuda, ajena a todo porque nada de lo que
hay aquí nos pertenece. Hoy estuve a la espera de esas gotas,
a la espera de una lluvia que me convirtiera en oro para
demostrarme que aún, todo sigue igual.
Find out how THOUSAND of individuals like YOU are earning their LIVING from home and are living their dreams right NOW.
ResponderEliminarCLICK HERE TO START NOW