Rafael Linero
Ilustración Raulo Cáceres
Empezó sugiriendo que atara sus muñecas con mis medias. Luego pidió gruesas cuerdas para sujetar firmemente sus brazos y piernas. Por último, demandó cadenas para inmovilizar cada parte de su cuerpo. Sólo entonces permitía que lo tocase y pudiésemos hacer el amor.
Siempre he estado dispuesta a atarlo, él lo sabe. No hay nudo tan intrincado que no pueda hacer ni candado tan complicado que no pueda cerrar.
Siempre he estado dispuesta a atarlo, él lo sabe. No hay nudo tan intrincado que no pueda hacer ni candado tan complicado que no pueda cerrar.
No entiendo porqué ahora que mis ataduras han logrado tal nivel de perfección, él no permite que yo lo toque. No hay cuerda ni cadena, no hay nudo ni candado que pueda compararse con las ligaduras que he creado para él.
Nuestro matrimonio, nuestra hijita y su extraña enfermedad, nuestra asfixiante hipoteca, mis celos y mi depresión. He creado todas estas ataduras para él y, sin embargo, ahora no quiere ni pensar en el sexo.
Muy bueno, muy original, muy distinto de lo que esperaba leer. Sorprendente, no es fácil
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