¡Atención! Este blog puede herir o estimular tu sensibilidad.

15.4.10

Missis Wax

Morticia Monster
La esteticién me dijo que me fuera quitando la ropa mientras calentaba la cera. ¿Brasileñas? ¿y por qué no te lo quitas todo, mejor? Mira qué bien queda. Se subió la bata corta y me enseñó el chocho. Es mejor que te quites el tanga. Me dijo que abriera las piernas, que las abriera más, y empezó a repartir cera caliente por mis ingles. La cera recuerda a una lengua caliente de dureza y consistencia ideal. Me miraba a los ojos antes del tirón. Después posaba su mano abierta en mi coño para que no me doliera. A veces su pelo largo rozaba mi sexo. Pon un dedito aquí y otro ahí. Me hizo abrir mucho los labios mayores para verter por dentro la cera y masajear con la espátula. Ya me había dejado medio coño pelado, cuando me pidió que levantara las piernas y le abriera las nalgas. Entonces llenó de cera los alrededores del ano. No te preocupes que esto no te va a doler. No dolía pero empezaba a excitarme, notaba hincharse el clítoris, cuando accidentalmente dejó caer unas gotas de cera caliente sobre él. No parecía quedar ni un pelo pero con unas pinzas extrajo minuciosamente algunos muy cortos con su cara tan cerca de mí que podía notar su respiración y ella el olor de mi coño.
Para eliminar los restos de cera, tomó una poco de crema en la palma de su mano y muy despacio me dio masaje.

No hay comentarios:

Publicar un comentario